En el momento actual, en plena emergencia sanitaria y con parte de la población mundial confinada en sus casas, es imposible calcular las repercusiones de esta crisis sanitaria mundial. Lo que es seguro es que cuando seamos capaces de volver a la “rutina”, nuestro “mundo ordinario” tal y como los conocemos habrá cambiado. Estos cambios afectarán al usuario del hábitat de forma estructural, y por supuesto a sus hábitos de compra (también para los productos y servicios del hábitat).
Desde Estrategias Hábitat estamos atentos a vislumbrar cuáles pueden ser los efectos de la crisis actual en el entorno competitivo del Hábitat. En las siguientes semanas publicaremos una serie de posts recogiendo señales de evolución social y las implicaciones para el hábitat, para el habitante, para los productos que lo habitan y en definitiva para el modelo de negocio de las empresas del hábitat. Porque la industria ha de
“generar valor para incrementar la competitividad, el valor es lo que tiene que hacer crecer, es lo que está cambiando en nuestro entorno, es la clave”, José María O’Kean en el Congreso Hábitat de Estrategia Empresarial.
En este sentido, observamos una gran cantidad de señales débiles que están marcando la evolución de esta situación tan atípica como crítica: aumento de la compra digital en productos y servicios esenciales; los hogares convertidos en un espacio para todo (aprendizaje, trabajo, ocio y cuidado de la mente y el cuerpo); la redefinición de la economía colaborativa, que ha adquirido una nueva dimensión y ha pasado a ser una clara respuesta de solidaridad social… Estas y otras señales serán las que vayamos siguiendo en los próximos días, con la intención de identificar oportunidades para las industrias del hábitat derivadas de la nueva realidad que se está configurando tras esta disrupción en la que estamos viviendo: “Tenemos que estar listos para cuando esto se active”.
Si desea más información contacte con Estrategias Hábitat.
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